Se ha descubierto que un chip que se utiliza en sistemas del ejército estadounidense tiene instalada una puerta trasera que puede permitir que cibercriminales y atacantes tomen el control de los sistemas comprometidos.
Los investigadores Sergei Skorobogatov de la Universidad de Cambridge y Chris Woods de Quo Vadis Labs analizaron el chip ProASIC3 de Actel y descubrieron sus problemas de seguridad. “Un atacante puede desactivar toda la seguridad del chip, reprogramar sus llaves criptográficas y de acceso al sistema y dañar el aparato de forma permanente”, dijeron.
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