
Imaginen que quieren comprarse un teléfono móvil por internet, se meten en la página de su operadora y tras hacer unos cuantos clicks en algunas pestañas correspondientes a sus imágenes y características técnicas, les asaltan algunas dudas que les gustaría resolver con el dependiente de la tienda. La mayoría de usuarios se queda en este punto y opta por acudir en persona al establecimiento de turno. Es lo que tiene la compra online. Pero una startup nos permite ahora desde el ordenador de nuestra casa ver y hablar con el trabajador que se encuentre al otro lado al mismo tiempo que nos hace una ruta personalizada con las Google Glass.
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