Esos tiempos en que todos esperábamos con ansiedad los nuevos productos o servicios de Google definitivamente han terminado.
Para empezar, Google ha descontinuado muchos productos y servicios muy útiles y prácticos y que nos había acostumbrado a utilizar, y los ha sustituido (a veces no) por otros mucho peores.
El ejemplo de Google Reader (con más de 150 millones de usuarios) es paradigmático e incomprensible.
La segunda fase ha venido de la mano de la publicidad, verdadero filón, de donde Google saca la mayoría de sus ingresos.
Esta publicidad ha copado la mayor parte de los resultados de las búsquedas de Google, dejando para los resultados orgánicos (páginas devueltas de la base de datos del buscador) una parte cada vez más pequeña.
En los resultados también prioriza los resultados relacionados con sus servicios de forma sistemática (ya se hablaba de ello en el año 2010).
Y la tercera fase está relacionada con la Inteligencia Artificial. Aquí Google ha llegado tarde (OpenAI, con Microsoft, les está comiendo la tostada) y mal.
Ahora quiere que su IA trabaje para nosotros, dándonos lo que, según ellos, nadie más nos va a dar: todo incierto, un bulo, que no nos debemos creer.
Producto estrella
En internet, el que controla el programa más utilizado, controla todo. Y el producto más utilizado es el navegador, en el caso de Google, ese navegador es Chrome.
Todo lo que pasa por Chrome lo controla Google (también en otros navegadores si te identificas en sus servicios), también en Android.
Ahora, con la IA, Google (y el resto de las compañías, no nos engañemos) tiene la excusa perfecta para rastrear todo lo que hacemos con la razón (excusa más bien) de analizarlo para proveernos la información y servicios más aptos, dado nuestro perfil.
Antes que nada hay que decir que Chrome es un muy buen producto, quizás utiliza un poco más de memoria de la cuenta pero su eficacia está en lo más alto.
¿Entonces dónde está el problema que señalo?
Parafraseando a un economista famoso…»es la privacidad, estúpidos…».
Su desempeño en este campo es de muy penoso a cuasi delictivo (al menos en la Unión Europea) (Microsoft, con su función Recall en Windows 11 le sigue los pasos pero eso será objeto de otro artículo).
En este análisis (parcial) de privacidad en 4 navegadores vemos que Chrome es el que peor se desempeña (junto con Edge, de Microsoft, qué casualidad).
Viendo un análisis completo aún es peor.
Navegador aconsejado
Hay algunos navegadores respetuosos de la privacidad de sus usuarios, no muchos pero algunos.
Uno muy aconsejable es Opera, navegador muy rápido, con muchas funciones novedosas y muy trabajadas.
Otro interesante es Brave, enfocado especialmente en la privacidad, aunque no exento de problemas en ese ámbito.
Por supuesto podemos utilizar con bastante tranquilidad Tor Browser, a través de la red Tor, privacidad por arrobas (este navegador es un subproducto de Mozilla Firefox).
Pero, en conjunto, el que más aconsejo, teniendo en cuenta todas las funcionalidades pero especialmente la privacidad, es Mozilla Firefox, verdadera joya de respeto a la privacidad y respeto a sus usuarios en todos los aspectos.
Podemos ver sus principales características en el siguiente Enlace.
Conclusión
Nos ha tocado vivir unos tiempos en los que la privacidad no es un valor defendido por casi ninguna empresa y no es valorado por los usuarios de internet; el resultado es una invasión de esa privacidad por parte de todos los actores implicados, tanto para obtener ingresos y, en algunos casos (los Gobiernos en general y la NSA en particular), espiarnos y saber todo lo que hacemos, todo esto ‘por nuestro bien’ (me emociona tanta consideración…).
Mi conclusión es que hay que utilizar herramientas que protejan fuertemente nuestra privacidad y seguridad, dentro de toda una filosofía de vida que debe incluir medidas drásticas (y necesarias) para desaparecer de internet (si ese es nuestro interés).
Pero de esto hablaremos en un próximo artículo….o curso.
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