Ir a la Campus requiere una preparación importante: desde la inscripción, que se realiza meses antes de venir (este año en marzo), reserva del hotel -hay que descansar bien y desayunar mejor, sino te resientes 😉 – y después comprobar que tienes todos los elementos técnicos necesarios.
Estos elementos técnicos van desde el ordenador (portátil, aunque al año que viene igual hay que adquirir un tablet tipo iPad), discos duros externos, conectores, ladrones eléctricos y USB, cascos, llave Kensington (para evitar el robo del portátil), etc.
Desde el año pasado vamos el día anterior (domingo) al comienzo de la Campus ya que te puedes acreditar y así sólo haces una cola para entrar.
El mismo domingo planifiqué las charlas a las que iba a ir: una media de 4 al día, demasiado para el cuerpo. Al final acabas yendo a dos o tres nada más, no dan para más las fuerzas.
Este año contábamos con un invitado de lujo en la inauguración, Steve Wozniak, tío Woz para sus fieles incondicionales. Su charla estuvo a la altura de las expectativas, no sólo por el contenido técnico y, en cierto modo, profético (su idea principal es que no todo será a través de dispositivos móviles sino que el PC seguirá su andadura, no podía decir otra cosa el creador de la idea de ordenador personal) sino también por su humanidad, calidez y amabilidad: son sonrisas eran continuas y en ningún caso parecían forzadas, todo un fenómeno.
Intentando hacerle unas fotos, sin querer, me introduje en la sala VIP, previa a la entrevista y en cuanto me vieron me echaron, no sin antes sorprenderse de mi doble condición de periodista (aficionado nada más, pero ellos no lo saben) y participante; aquí la prensa no se mezcla con los participantes sino es para hacer sus reportajes, están en una sala habilitada sólo para ellos, sala muy bien equipada por cierto.
El lunes tocaba conectarse a la red interna de compartición, una joya a 1 Gb, los contenidos vuelan entre los discos duros de los participantes, compartir, una buena idea.
El martes ya tocan charlas, de alto nivel en casi todos los casos, especialistas que nos deslumbran con sus conocimientos: desde un mejor conocimiento de las redes sociales, pasando por las nuevas tendencias de trabajo en red hasta los peligros de la navegación web, ésta última impartida por un experto caza-bugs, reconocido en el mundo entero. Termina el día con una charla sobre el nuevo paradigma, HTML5, que promete adentrarnos en la nueva web 3.0.
El miércoles es día de transición, muchas charlas y ya un cierto cansancio que te hace empezar a ser más selectivo: el domingo parecía que te ibas a comer el mundo y el miércoles te conformas con un bocadillo mediano.
De todas formas las charlas del día han sido de las mejores hasta ahora; El-Qudsi nos ha deleitado (y hecho reir) indicándonos cómo mantener la reputación en Internet y explicándonos qué es el Social Media. Muy bueno en todos los aspectos.
Luego he asistido a otra charla sobre aplicaciones de Twitter: aquí si se aplica que lo que ignoramos es millones de veces lo que sabemos (sólo conocía unas 30 aplicaciones de Twitter y me dicen que hay unas 160.000 registradas a día de hoy).
Hay aplicaciones que hacen las delicias de los fanboys: buscar usuarios interesantes, seguir de forma masiva a ciertos usuarios, seguir a gente que tuitea desde el lugar donde estoy (ideal para viajes), etc.
El jueves hemos comenzado por algo lúdico y bien preparado, una charla de magia matemática a cargo de Fernando Blasco, autor del libro MATEMAGIA. LOS MEJORES TRUCOS PARA ENTENDER LOS NUMEROS, de Temas de Hoy. Magia sencilla que hace pensar.
Después he ido a la charla de Oliviero Toscani, el fotógrafo creativo de tantas y tantas campañas impactantes, sobre todo para la empresa Benetton. Sus ideas son siempre provocativas: sólo los creativos utilizan de verdad la inteligencia y el instinto. Otra idea es que trabajamos con tecnologías que hoy nos subyugan y en cambio dentro de 5 años nos parecerán ridículas. Una frase suya: ‘Comencé en los años 60, íbamos detrás de las chicas, buena tecnología…’.
Después he entrevistado a Imobilis y Klondike, los responsables visibles del hub de compartición, auténticos pozos de sabiduría, ilusión y compromiso con la Campus. Sin el hub, la Campus sería otra cosa para ellos (y, obviamente, también para todos nosotros).
El viernes ha habido una charla de Social Media de Alex Puig; en realidad ha sido un experimento twitter: ha planteado 5 preguntas y a través de una herramienta controlaba las respuestas (sí o no y una opinión). Esta herramienta la han desarrollado especialmente para la Campus.
He visto por streaming la conferencia sobre los orígenes de Facebook y Twitter. Gina leyendo la presentación y Miki en cambio descubriendo datos inéditos, fotos encontradas con mucha dificultad y explicando el verdadero origen de Twitter: una idea que le vino a la cabeza a Jack Dorsey, persona auténtica, discreta, paciente y sencilla (incluso diría que humilde, le dijo no a una oferta de 500 millones de dólares por parte de Facebook) donde las haya, el héroe de Miki. Esa idea es el sistema RFID de comunicación, utilizado por los taxistas de San Francisco allá por el año 1996.
Así que la idea de twitter es simple, de hecho su fundador dice que no es una red social sino un medio de comunicación, genial. Lleva trabajando en esta idea la friolera de ¡15 años!
El sábado comienza con una entrevista telefónica para RNE de La Rioja; a la 1 charla de Alfonso Alcántara ‘@yoriento’; es muy gráfico explicando, tiene el gracejo andaluz (es sevillano) e incluso se ha permitido contar varios chistes, muy bueno.
Por la tarde he estado en la charla de activismo en las redes sociales; lo que han contado siempre me recuerda una frase de los movimientos alternativos (digámoslo así) que es ‘Pensar global actuar local’; las personas que han hablado lo han hecho desde su experiencia pero lo que ha dicho Miguel Nonay, que iba en silla de ruedas, me ha emocionado, su compromiso con las personas en general y con las que viajan en particular es tremendo.
El día terminó con una entrevista a la abuela makera (Berta), está muy solicitada. Esta mujer es admirable, su historia es casi para hacer una película sobre su vida.
El domingo vuelta a casa, cansados pero muy contentos de la experiencia vivida.
La conclusión de la Campus siempre es parecida: es una gran experiencia humana que deja un poso tan agradable que cuando termina por un momento estás triste pero enseguida te das cuenta que ya sólo falta un año menos una semana.
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